El hombre que estaba rodeado de idiotas
O por qué no puedo hacer nada con mi madre sin que acabe mal
MI SANGRE DE HORCHATA
Cuando era pequeña (niña, pequeña sigo siéndolo), mi madre siempre me decía algo que no entendía muy bien:
«¡Ay, hija! Es que tienes sangre de horchata».
Y allí me quedaba yo, con cara de culo, intentando entender algo.
Me gustaba la tranquilidad. Sin embargo mi madre vivía y vive en un modo acelerado, como si tuviera prisa todo el tiempo.
Y claro, no me gustaba ponerme a hacer cosas con ella porque todo era rápido, rápido, rápido, como si la vida se nos escapase. Para quizás luego sentarse a no hacer nada.
¿Y si no era rápido? Entonces llegaba el enfado.
No entendí esas prisas hasta que me leí El hombre que estaba rodeado de idiotas.
Identifiqué a mi madre con una conducta roja. La mía es más bien azul.
Y aunque no creo que todos seamos puramente una cosa u otra, sí que compartimos rasgos y características más de un lado que de otro.
Te adjunto imágenes de todo esto.
CÓMO RECONOCER LA CONDUCTA ROJA
«¿Qué debemos hacer? Hagámoslo a mi manera, ya mismo.»
A este tipo de personalidad Hipócrates la denominó como «colérica» en su teoría del temperamento humano.
Las personas de conducta roja son resueltas y dinámicas. Siempre se esfuerzan por avanzar y casi nunca tiran la toalla.
Están centradas en las tareas, son extravertidas y les gustan los retos. Toman decisiones rápidamente y, a menudo, se sienten bien llevando la iniciativa y asumiendo riesgos. La percepción habitual es que los rojos son líderes natos. Son individuos que asumen voluntariamente el mando y toman la delantera. Son tan resueltos que logran sus objetivos con independencia de los obstáculos que se interpongan en su camino. Su carácter es muy adecuado en situaciones competitivas.
Las personas de conducta roja no tienen ningún problema en ser directas. En cuestiones específicas, a menudo dicen exactamente lo que piensan, sin rodeos.
Para los rojos «rápido» es sinónimo de «excelente». Si estás en una reunión y notas que uno de los asistentes está ocupado con algo totalmente ajeno a esta, es muy posible que se trate de un rojo que ha perdido el interés.
Seguro que conoces a alguna persona con conducto roja. ¿Verdad?
LA CONDUCTA AZUL
¿Sabes esa persona que está callada y observando todo? ¿Esa que cuando habla te da datos de por qué algo es así?
Suelen ser personas con conducta azul.
Y al parecer, es donde más encajo. Aunque no en todo.
No soy tan organizada y meticulosa. No todo está en su sitio. Y tampoco soy tan melancólica como lo define Thomas Erikson.
Sí que coincido con detectar los riesgos desde muy pronto. No creo que nada de lo que hago merezca elogios o premios (porque se puede hacer mucho mejor). Le presto atención a los detalles. Pienso y luego actúo.
Me gusta el silencio, la introversión y la tranquilidad.
Una de las cosas que no me gusta nada de esta conducta es que, para tener todo analizado, la mente es una especie de lavadora dándole vueltas a todas las posibilidades.
Plan A, B y C como mínimo.
Y claro, esto te salva de muchos imprevistos, pero el ruido mental es terrible.
Eso visto desde dentro. Desde fuera supongo que damos la impresión de distantes o fríos. Diría que no es así, pero...
LA CONDUCTA AMARILLA
¿Qué te parecen esas personas optimistas, positivas y que ven el lado bueno de la vida?
Esa sería una descripción de las personas con conducta amarilla.
Diversión, alegría y buen humor.
Suelen ser los más populares y les encanta rodearse de gente. Cuantos más, mejor.
Para ellos todo va muy rápido y lo ponen todo patas arriba. El entusiasmo les lleva a pensar que cualquier cosa es buena idea.
Puede costar mucho seguirles el ritmo. A veces incluso a ellos les resulta difícil explicar qué quieren decir realmente con sus, a menudo, alocadas ideas.
Son personas muy persuasivas gracias a su energía y optimismo.
El rasgo amarillo significa influencia. Influyen en quienes les rodean y el mejor modo de hacerlo es a través de las relaciones personales.
No necesitan conocer mucho a alguien para considerarlo amigo.
Y entre todo esto, de vez en cuando necesitan un empujón para bajar los pies a la tierra.
Jim Carrey o Robin Williams son buenos ejemplos de conducta amarilla. ¿En la ficción? Han Solo.
LA CONDUCTA VERDE
Aunque a mí me cuesta un poco más reconocer este tipo de conductas, son las que más abundan.
Es una especie de media de los otros colores.
Mientras que los rojos se estresan y buscan resultados, los amarillos son creativos bohemios y los azules son perfeccionistas caballeros andantes de las hojas de cálculo de Excel, los verdes son los más equilibrados.
Supongo que por eso me cuesta un poco más verlos con claridad.
Ellos ponen un poco de serenidad a las situaciones y son más pasivos.
Es fácil relacionarse con ellos y se esfuerzan por encajar en un ambiente.
Les gusta ayudar, trabajar en equipo, cumplen lo que dicen y son amables.
No les gustan los cambios y son introvertidos.
Luke Skywalker es un verde.
--- Para profundizar en todo esto: El hombre que estaba rodeado de idiotas -----
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