TODOS SOMOS UN FRAUDE
Hace unas semanas una lectora me propuso un tema: la improductividad que te produce a veces tu propia inseguridad y el bucle que va después.
He estado dándole vueltas a esto.
Cabe decir que quizás me esté equivocando en mi interpretación y que lo que vaya a contar a continuación no tenga nada que ver con lo que a ella se le estaba pasando por la cabeza.
Pero para mí esto tiene mucho que ver con el dichoso síndrome del impostor.
En mi caso, me dedico a algo totalmente diferente a lo que he estudiado. He aprendido por mi cuenta.
Esta es una de las razones por las que siempre he sentido que no tenía ni idea de nada y han tenido que convencerme los demás de que sí sabía. Que sí valía.
Pensé que con el tiempo, a medida que aprendiese más, se me iría pasando. ¡Sorpresa! Es al revés. Cuanto más sé, más pienso que no sé nada.
Pero este es otro tema.
El que nos atañe.
El síndrome del impostor es real y ha sido bien documentado.
Es un patrón psicológico en el que las personas dudan de sus logros. A pesar de la evidencia externa de su competencia, las personas que experimentan el síndrome del impostor seguirán convencidas de que no merecen su éxito, atribuyéndolo a la suerte o pensando que de alguna manera han engañado a otros haciéndoles creer que son más inteligentes de lo que realmente son… » SEGUIR LEYENDO