Qué tontería, ¿no? Aprender a pensar…
Si pensamos todo el tiempo.
No podemos dejarlo.
Por eso hay tantas cosas para que silenciemos un poco ese pensamiento y tratemos de no pensar.
Bueno…
A pesar de que es una cosa que hacemos todo el tiempo, creo que lo hacemos un poco regular.
Yo no sé cuantas veces me he sentado con la intención de ponerme a pensar algo concreto y acabar acordándome de mi prima, de aquella vez que vi una ardilla cruzando la carretera o preguntándome si las algas tienen un tipo especial de cloroplastos.
Y al final, lo que tenemos en la cabeza es un montón de ruido y poco pensamiento enfocado.
Según Pensar rápido, pensar despacio, tenemos dos sistemas de pensamiento:
- El pensamiento rápido (sistema 1) : es automático, emocional, no requiere esfuerzo mental y saca conclusiones de manera automática. Es el responsable de crear sensaciones, intuiciones e intenciones erróneas.
- El pensamiento lento (sistema 2): es reflexivo y racional. Aunque es el responsable de las actividades mentales que exigen más esfuerzo, suele estar en modo de mínimo esfuerzo y sólo se activa ante actividades que requieren un esfuerzo mental.
El sistema 1 crea conclusiones de forma automática mientras que el sistema 2 nos da respuestas conscientes.
Nos gusta pensar que somos racionales, así que creemos que estamos usando siempre el sistema 2, pero es todo lo contrario, vivimos con el sistema 1 activado casi todo el tiempo.
Así que es muy fácil que nos desviemos de lo que realmente queremos pensar. Y también es muy fácil que saquemos conclusiones muy precipitadas.
Nos ahorra energía.
Y ya sabemos lo importante que es ahorrar energía.
La cosa es que, como todo, el pensar también se puede entrenar.
Y hay cosas que nos facilitan el pensar enfocados en algo.
ESCRIBIR Y PENSAR (y no al revés)
Pensar va muy unido con lo que veíamos de creatividad hace unas semanas.
Pero según ahí teníamos un objetivo más centrado en generar multitud de ideas, el pensamiento más enfocado tiene (para mí) el objetivo de encontrar la mejor solución para resolver algún problema.
Es como ponerte delante de una ecuación y resolverla, por decirlo de alguna manera.
Y para eso, lo que tenemos que conseguir es mantener el foco en la ecuación sin ponernos a divagar.
Algo que me ayuda mucho a esto es pensar escribiendo.
La mayor parte de las veces cuando pienso en estrategias o tácticas, lo hago con un papel y un boli.
Es mucho más fácil mantener el foco, ordenar las ideas y que todo cobre sentido.
Hay muchas formas de hacer esto, pero a mi la que mejor me funciona suele seguir una especie de esquema, para nada rígido, sino que me suele salir en ese orden donde:
1. Empiezo por describir la situación, podríamos decir que son algo así como los antecedentes.
2. Me planteo qué quiero conseguir, qué quiero resolver o en qué quiero pensar. El objetivo, por así decirlo.
3. Le doy vueltas a diferentes posibilidades para lograr ese objetivo. Las posibles estrategias.
4. Termino con una conclusión.
No es que siga esta estructura de manera premeditada, sino que cuando le doy vueltas a algo con un papel delante suele pasar esto.
Muchas veces no es un texto, son unos números y unas flechas. Pero sigue más o menos el mismo patrón.
Lo importante en sí no es el patrón, sino empezar a escribir lo que sea.
Y a medida que escribimos, las ideas se van ordenando ellas mismas.
Es muy útil.
DIBUJAR Y PENSAR O PINTAR Y PENSAR
Al igual que escribir, dibujar y pintar nos ayudan a mantener el foco para pensar mejor.
Es un mundo muy amplio, pero nos vamos centrar en dos cosas:
1. Pensar dibujando con visual thinking, que es algo más que pintar monigotes y flechas. Trata de hacernos pensar a través de lo visual.
Según la Programación Neurolingüística, podemos diferenciar a las personas que tienen un sistema de representación visual, auditiva o kinestésica. La mayoría de las personas se identifican con el sistema visual.
Sin embargo, se le saca muy poco partido a esto.
A mí me cuesta un poco dibujar, y más que para pensar, lo uso para explicar cosas. La gente entiende mejor lo que quieres decir si lo vas ilustrando.
Pero me resulta muy útil lo siguiente.
2. Pensar pintando. Que aunque pueda parecer lo mismo, es muy diferente.
Como el dibujo no es lo mío, pero me gusta tener un lápiz en la mano (o un pincel), rellenar de pintura los dibujos, me va bastante bien.
El uso es muy distinto a dibujar, porque en este caso, lo que hago no es poner a la mente con el foco en un pensamiento concreto, sino que la dejo divagar mientras pinto.
Suele irse a temas concretos y me ayuda a ver qué me preocupa o que debería resolver.
A veces también salen grandes ideas de ahí. Otras simplemente me doy cuenta de algo que no estaba viendo. Y en algunas ocasiones no pasa nada, solo me relajo. Que también es muy útil.
Otras variantes de esto de pintar y dibujar son las manualidades.
Pensar con las manos es muy útil para la gente kinestésica, y para quien no, probablemente también.
PENSAR JUGANDO
Esta es otra de las formas de pensamiento visual, pero que se suele aplicar poco porque jugar es cosa de niños, ¿no?
Bueno, para nada.
Deberíamos jugar más.
Y en eso están de acuerdo los de LEGO, que hace mucho que empezaron a usar LEGO SERIOUS PLAY.
Lo descubrí en 2016, cuando empecé a trabajar en una Startup.
El primer día nuestro jefe, que era instructor certificado de LEGO SERIOUS PLAY (no se si llama instructor, pero el tío tenía un título de esta movida), pues nos dijo que íbamos a hacer una práctica de esto.
Madre mía, con lo que a mí me gustan los LEGO desde siempre, me pareció que empezaba a trabajar en el mejor sitio del mundo. Luego no fue así, pero esa es otra historia.
El caso es que nos planteó una pregunta y con las piezas teníamos que ir construyendo cosas para darle respuesta mediante una historia.
Me encantó.
Y he vuelto a usar esta metodología más veces y siempre pasa lo mismo: es muy entretenida, se hace corta y quiero seguir jugando.
Pero también pasa que te das cuenta de cosas que no había pensado antes.
Desde luego no es la única metodología ni técnica para pensar jugando, pero es la que he experimentado.
Y creo que deberíamos ser un poco menos adultos, que los niños piensan muy bien.
PENSAR HABLANDO
Esta manera de pensar no le funciona a todo el mundo. De hecho, a mí no me funciona.
Necesito primero pensar lo que voy a decir.
Primero ordeno mis ideas y luego las digo.
Pero hay un gran número de personas que se dan cuenta de las cosas cuando las dicen. Funciona a la inversa, primero verbalizan algo y después se ordena en su cabeza.
Es algo que le va muy bien a un amigo mío, que tuvo épocas en las que necesitaba ordenar ideas y me enviaba audios muy extensos con un "no lo escuches" escrito.
Me usaba para pensar.
¿Y no sería más fácil hablar consigo mismo y punto?
Pues no, porque para contármelo a mí, estaba ya ordenando sus pensamientos a medida que hablaba.
Si no me equivoco, trazó así unas cuantas estrategias para su negocio. A base de audios de WhatsApp contándome sus ideas, descartándolas según hablaba y se daba cuenta que no tenían sentido y ocurriéndosele unas nuevas mientras decía cosas.
El truco aquí estaba en que él empezaba los audios pensando en que me estaba contando todo eso, luego se daba cuenta de que divagaba y pensaba en alto, y entonces me decía que no escuchase la parrafada para no aburrirme.
No los escuché todos, pero algunos sí, porque me interesaba conocer su proceso de pensamiento.
Y escuchando esto, empecé a hacer audios improvisados para mis suscriptores con ideas que podían aplicar, dando un poco más de cancha al pensamiento improvisado y menos a mi “ordenar ideas primero y hablar después”.
No he encontrado libros ni cosas sobre esto.
Solo de lo contrario, de pensar antes de hablar, así que si pruebas a hablar para pensar, ya me contarás.
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